Cómo limpiar persianas por dentro y por fuera: guía fácil y efectiva
Las persianas son un elemento indispensable en cualquier hogar: nos protegen del sol, regulan la temperatura y aportan privacidad. Sin embargo, también son auténticos imanes para el polvo, la grasa y la suciedad, tanto en la parte interior como en la exterior. Con el tiempo, esto no solo afecta a su aspecto, sino también a su buen funcionamiento.
Saber cómo limpiar persianas por dentro y por fuera de forma correcta es la clave para mantenerlas como nuevas, alargar su vida útil y evitar costosas reparaciones. En esta guía encontrarás métodos sencillos, seguros y eficaces para cada tipo de persiana, además de trucos para que la limpieza te lleve menos tiempo y esfuerzo.
Tipos de persianas y su mantenimiento
No todas las persianas se limpian igual. El material, el mecanismo y su ubicación determinan qué técnicas y productos convienen para alargar su vida útil. Antes de empezar, conviene identificar qué tipo tienes en casa.
Persianas enrollables
Son las más comunes en España. Están formadas por lamas unidas que se recogen en un cajón superior. Requieren limpiar tanto las lamas como las guías laterales y, si es posible, el interior del cajón. Se pueden limpiar con un paño húmedo y jabón neutro, evitando productos abrasivos que dañen el acabado.
Persianas venecianas
Compuestas por lamas horizontales (de aluminio, madera o PVC) que se orientan mediante una varilla o cordón. Acumulan polvo fácilmente, por lo que un plumero o un cepillo especial para lamas es ideal para su mantenimiento semanal. Para una limpieza profunda, conviene desmontarlas y lavarlas con agua tibia y detergente suave.
Persianas alicantinas o de exterior
Son de madera o PVC y se colocan fuera de la ventana, generalmente en terrazas o balcones. Están expuestas a la intemperie, por lo que requieren limpiezas más frecuentes. En madera, es recomendable aplicar aceite o barniz protector una vez al año; en PVC, basta con agua, jabón y un buen aclarado para retirar la suciedad.
Cómo limpiar persianas por dentro
Limpiar la parte interior de las persianas suele ser más sencillo, ya que el acceso es directo desde el interior de la vivienda. Sin embargo, hacerlo de forma correcta evita arañazos, acumulación de suciedad y desgaste prematuro.
Herramientas y productos recomendados
- Plumero de microfibra o paño suave para el polvo.
- Cubeta con agua tibia y unas gotas de jabón neutro.
- Esponja o bayeta de microfibra para frotar sin rayar.
- Aspiradora de mano con boquilla estrecha para llegar a las ranuras.
Pasos para una limpieza eficaz
- Baja completamente la persiana para tener acceso a todas las lamas.
- Retira el polvo con un plumero o aspiradora, empezando de arriba hacia abajo.
- Limpia con paño húmedo y jabón neutro, repasando cada lama por separado.
- Seca bien con un paño limpio para evitar marcas de agua.
Trucos para mejores resultados
- Si la persiana tiene manchas de grasa (por ejemplo, en cocinas), añade unas gotas de vinagre blanco al agua.
- Para lamas muy estrechas, usa un calcetín viejo de algodón en la mano: te permitirá limpiar ambas caras a la vez.
- Evita el uso de estropajos metálicos o productos abrasivos.
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Cómo limpiar persianas por fuera
La limpieza exterior de las persianas es la que más suele descuidarse, ya que requiere un poco más de esfuerzo y, en algunos casos, medidas de seguridad adicionales. Sin embargo, es la parte que más sufre por el polvo, la lluvia, el sol y la contaminación.
Métodos seguros según el acceso
- Desde el interior: si la ventana se abre lo suficiente, puedes acceder al lado exterior de las lamas sin salir de casa.
- Con acceso exterior (terraza o balcón): utiliza un cubo con agua y jabón, y un cepillo de mango largo para llegar a las zonas altas.
- En altura sin acceso directo: en estos casos, lo más seguro es contratar un servicio profesional para evitar riesgos.
Pasos para una limpieza completa
- Baja completamente la persiana.
- Elimina el polvo con un cepillo suave o manguera a baja presión (si es apta para agua).
- Frota suavemente con esponja y jabón neutro, empezando de arriba hacia abajo.
- Aclara bien para que no queden restos de jabón.
- Seca o deja que se sequen al aire, pero evitando limpiarlas en horas de sol intenso para que no queden marcas.
Consejos para limpiar en altura o lugares difíciles
- Si las lamas están muy deterioradas, conviene aprovechar la limpieza para revisarlas y sustituir las que estén dañadas.
- Usa un mango telescópico con funda de microfibra para alcanzar zonas altas.
- Un limpiador a vapor portátil ayuda a despegar suciedad incrustada sin esfuerzo.
Consejos para mantener las persianas limpias por más tiempo
Una limpieza profunda es importante, pero mantener las persianas en buen estado a diario evita que la suciedad se acumule y reduce la frecuencia de limpiezas intensivas.
Rutina de mantenimiento
- Limpieza ligera semanal: pasa un plumero o aspiradora de mano por ambas caras accesibles para retirar el polvo.
- Revisión mensual: comprueba guías, cordones y mecanismos para detectar atascos o desgaste.
- Limpieza profunda semestral: combina limpieza interior y exterior para eliminar polvo, grasa y manchas resistentes.
Productos que ayudan a repeler el polvo
- Paños de microfibra con tratamiento antiestático.
- Pulverizadores con efecto repelente de polvo (seguros para PVC, aluminio o madera).
- Ceras líquidas especiales para lamas de madera, que además nutren el material.
Errores comunes que debes evitar
- Usar limpiadores abrasivos o amoniaco en exceso, ya que pueden decolorar o dañar el acabado.
- Limpiar en horas de sol directo, porque el calor seca el jabón y deja marcas.
- No secar bien después de limpiar, lo que puede favorecer la aparición de moho o manchas.
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Preguntas frecuentes
Mantener las persianas limpias, tanto por dentro como por fuera, no solo mejora la estética de tu hogar, sino que también prolonga su vida útil y asegura un funcionamiento suave del mecanismo. Con herramientas básicas, productos suaves y una rutina de mantenimiento regular, puedes evitar acumulaciones de polvo, grasa y suciedad sin dedicar horas a la tarea.
Recuerda adaptar la técnica al tipo de persiana y, si el acceso exterior es complicado o peligroso, optar siempre por soluciones seguras o profesionales. Con un poco de constancia, tus persianas lucirán impecables todo el año y tú ahorrarás tiempo, esfuerzo y dinero en reparaciones futuras.